
Jodie Foster, coprotagonista y directora, decide hacer algo muy inteligente a la hora de encuadrar a Mel Gibson y al Castor. Al contrario de lo que sería un recurso sencillo para lograr individualizar la personalidad del castor, que sería grabarlo en planos separados a los de Mel Gibson, que es quien lo maneja. Foster decide encuadrar a ambos en el mismo plano. Al fin y al cabo, no hay nada que individualizar, se trata del mismo sujeto con un trastorno de la personalidad. Es entonces donde Mel Gibson destaca sobre todo lo demás. Nos encontramos situaciones en las que el mismo discute con el castor de modo que, no solo ha de cambiar la actitud verbal a cada replica, sino que a la vez que utiliza la actitud verbal autoritaria del castor, ha de mantener la actitud gestual depresiva de su personaje.Y esto, no solo es lo mejor de la película, sino que es lo mejor de la cartelera.No os confundáis, no quiero decir que sea una obra maestra, pero es que no es necesario serlo para convertirse en lo mas interesante de la cartelera.
Quieranme!